La Liebig de Martí
por Sergio KIERNAN.
Liebig es un caso de Patrimonio Industrial de primera importancia que abarca a una comunidad entera. Es, también, menos conocido de lo que debería ser y este libro ayuda a difundir este pequeño tesoro.
Este Martí del título es un poeta, aunque no el de las grandes odas panamericanas sino el de las íntimas y locales. Autor de muchos libros, tipógrafo y periodista, rosarino afincado en Liebig desde la más tierna infancia, Jorge Martí hace de hilo para contar la vida de Liebig en su apogeo y para compilar un álbum de imágenes realmente valioso. Es que este pueblo es un ejemplo de planeamiento urbano finisecular, con un lenguaje criollista llamativo en una instalación británica. A esto se le mezcla el álbum personal del poeta, que permite en muchos casos ver las casas y calles como eran originalmente. Hay una, felizmente reproducida a página completa, de Martí en triciclo en el patio de su casa en 1931, patio equipado con pajarera y con una galería cerrada con mosquiteros y trellis, cenefas de madera calada y cerramiento de tabla vertical y ventana repartida.
Adriana Ortea es una arquitecta porteña que encontró en Liebig una nueva vida, más tranquila, en una de las viejas casonas con patio y jardín que hace un siglo alojaban a los directivos de la fábrica. Ortea trabaja en la Gestión del Patrimonio Industrial y dirige el proyecto del archivo marca Liebig, con dos objetivos en mente: preservar el pueblo físicamente y darle una mejor vida económica, cosas que suelen ir de la mano. Su último esfuerzo es el libro Fotografía en palabras: la Liebig de Martí, que mezcla sin fisuras los dos conceptos de patrimonio.